Monday, July 03, 2006

CLASE 5 19 DE MAYO DE 2006
PROBLEMÁTICAS SOCIOLÓGICAS Y ANTROPOLÓGICAS
PROFESOR CARLOS ALBERTO PRADA


Hasta el primer parcial hablamos de los aportes que le hace la antropología a la psicología. Vimos entre otros, el concepto de otredad, que es un concepto muy rico y valioso para nosotros, los psicólogos, porque nos ayuda a comprender una serie de situaciones. Vimos como en el desarrollo de la antropología se fueron confirmando cosas que permitieron sacar conclusiones muy interesantes acerca de descubrimientos que se venían haciendo a partir del estudio de la singularidad en el caso de la psicología. Cuando hablo de psicología, yo casi siempre me refiero al psicoanálisis porque soy psicoanalista, pero en realidad, todas las corrientes de la psicología han aprovechado en algún aspecto estos descubrimientos antropológicos. Ahora hasta el próximo parcial, vamos a ocuparnos de algunos de los principales conceptos que le aporta la sociología a la psicología.

Voy a pasar bastante brevemente la referencia a los orígenes de la SOCIOLOGÍA que propone el programa. Yo estoy convencido de que eso es muy útil para los estudiantes de sociología, para saber cómo se fue construyendo esa disciplina en la que aspiran a ser profesionales, esa disciplina que aspiran a estudiar durante toda su vida. Porque cuando elegimos una carrera científica no es para estudiar esa ciencia durante cinco años sino para seguir estudiando toda la vida. Pero en el caso de ustedes, que no eligieron sociología sino psicología, me parece que lo que más les puede llegar a importar son aquellas cuestiones de la sociología que de alguna manera, contribuyen a confirmar, a consolidar, conceptos de la psicología.

El surgimiento de la sociología es bastante paralelo al de la antropología. Ustedes recuerdan que dijimos que todas estas llamadas ciencias del hombre se empiezan a desarrollar de una forma metódica, sistemática, tratando de generar conocimientos que vayan más allá de la simple creencia, conocimientos que superen al conocimiento vulgar, digamos, al conocimiento ideológico,, más o menos en la misma época. Y el primer intento más importante de construir conocimiento científico con relación a la sociologíafue el de Conte, por eso podemos decir que Conte es el padre de la sociología. Aunque también hubo intentos anteriores. El mismo Conte, fue secretario de Saint Simon, que es considerado uno de los pioneros de la sociología.

Conte, lo 'mismo que los antropólogos, estuvo encandilado por el tremendo progreso que se fue verificando a fines del siglo XVIII y principios del XIX. Y él también creyó que la sociedad tal como llegó a ser en esa época era el punto culminante de la evolución humana. Recordemos que tenían mucha fuerza las teorías evolucionistas DE Lamark, Darwin, etcétera. Aparecía casi indiscutible esa idea de que la humanidad había evolucionado hacia el progreso deslumbrante que se empezó a ver a partir del siglo XVIII, o sea, a partir de las revoluciones industriales. Esto hizo que Conte, al igual que los antropólogos evolucionistas, creyera que todas las sociedades debían tomar como modelo ese desarrollo industrial que se estaba dando en Europa. Y tratando de demostrar esta afirmación pensó en una especie de analogía entre la evolución de una persona y la evolución de las sociedades. Y dijo que la humanidad al principio, digamos, en la época nómade, tenía la mentalidad de los niños, que se guían por un pensamiento más bien mágico. O sea, que las relaciones que se establecían entre causa y efecto, generalmemte, eran relaciones mágicas. Entonces, para Conte, esto sería la niñez de la humanidad.
Y sitúa el período de la adolescencia de la humanidad desde los filósofos griegos hasta el comienzo de la industria manufacturera. Esto se basa en la idea de que todos los adolescentes tienen pensamientos de omnipotencia y tienen pensamientos metafísicos. Digamos, que se guían por ideales abstractos. Entonces, Conte considera que los filósofos griegos, y los padres de la iglesia, como se suele llamar a san Agustín, san Anselmo, santo Tomás, etcétera, expresan el pensamiento adolescente de la humanidad. Estos pensadores tomaban como referencia a toda la humanidad y desarrollaban sus ideas como para que abarcaran a toda la humanidad. Son pensamientos relacionados con desarrollos teológicos, metafísicos y con cuestiones todas muy abstractas, muy alejadas de la realidad cotidiana, muy alejadas de lo pracmático. La realidad cotidiana tenía que quedar subordinada a esas instancias de los desarrollos abstractos de los grandes pensadores. Conte le llama a esto adolescencia de la humanidad por analogía con esas cuestiones que suelen tener los adolescentes, esa omnipotencia y ese pensar en grandes ideales muy abstractos, ese pensar todo de una forma muy alejada de los asuntos prácticos de la vida real.

Y la adultéz de la humanidad, según Con'te, llega con el desarrollo de la ciencia. Conte dice que uno deja de ser adolescente cuando empieza a guiarse por la razón. Y es cuando el hombre empieza a buscar la verdad de todas las cosas, de todas las causas. El hombre adulto, la humanidad adulta, busca la verdad en la experiencia, pero en una experiencia comprobable y universal. Pero esa universalidad y esa comprobabilidad ya no están referidas a la palabra de Dios, sino a la experiencia humana. Entonces, a eso Conte lo considera la adultez, la madurez de la humanidad. Y ubica esta madurez en ese período en el que empieza a predominar la razón. Este pensamiento de Comte surge en medio de ese deslumbramiento del que hablábamos, ante los avances espectaculares de la ciencia y de la técnica. Imaginen el asombro del ser humano ante la aparición de los inventos que revolucionaron el transporte terrestre y la navegación y prácticamente todas las formas de producción. Esos barcos enormes que se mueven sin remos ni velas, esos carros enormes que son los trenes y que se mueven sin que los tire ningún caballo. La máquina a vapor y la electrisidad posibilitaron cambios realmente deslumbrantes.

Entonces, Conte decía que hay que vivir como se vive en las sociedades más maduras, más adultas, y conservar el orden, evitar los conflictos. Porque conservando el orden se puede llegar a un progreso que va a ir generando un bienestar, que poco a poco se va a ir derramando sobre toda la humanidad. Es decir que lo que proponía Conde se puede resumir en dos palabras: orden y progreso. Si cada uno hace su trabajo en armonía, sin crear conflictos, eso va a redundar en beneficio de todos. Esta puede ser una síntesis d el pensamiento de Conte.

Se dice que Conte es el padre de la sociología porque él acuñó el término sociología. Y dijo que la sociología tiene que ser una de las ciencias más importantes, porque es la que tiene que tratar de ver cómo deben vivir los seres humanos para que todos puedan ser felices. O sea, que la sociología para Conte, es la ciencia que debe englovar a todas las demás ciencias. Porque cada ciencia tiene que estar avocada a algún aspecto de la felicidad del ser humano. La sociología es la ciencia que tiene que abordar el cómo organizarse socialmente y es la que englova a todas las demás ciencias. Conte prácticamente, hizo de la sociología una religión. Y él mismo, poco antes de morir, reconoció que había hecho casi una religión de la sociología.

Conte se basó también en análisis de importantes economistas que eran contemporáneos suyos. Uno de ellos es Adams Smith, el padre del liberalismo, muy citado por Mariano Grondona. Nos vamos encontrando con todos los padres porque estamos hablando de los orígenes de estas disciplinas que ahora están en plena vigencia, pese a que algunos opinan que ya pasaron de moda, pero que seguimos discutiendo en los mismos términos, porque todavía no podemos superar los problemas que genera el capitalismo.
Adams Smith es un pensador que mostró como el signo fundamental de la economía de su época es la acumulación de riqueza, la acumulación de mercansías. Él escribió un libro que se titula «La riqueza de las naciones», donde dice que la poseción de riquezas es lo que muestra cuáles son las naciones más evolucionadas, las naciones a las que hay que imitar. Y fíjense que este concepto está bastante vigente todavía, tiene mucha presencia en los medios. Es común escuchar a periodistas y políticos con muy poca formación, que dicen que nosotros tenemos que imitar a los países ricos, o a los países serios, porque ahora está de moda hablar de países serios. Y todo lo que nosotros podamos hacer que no sea imitar a esos países, parece que no fueran más que payasadas. Incluso hoy escuchaba a un periodista que tiene una formación bastante interesante, y se asombraba por una noticia que ponía en evidencia que en los países supuestamente, serios también hay corruptelas. Se nos hizo carne pensar mal de nosotros mismos. Decimos que los argentinos somos vagos, que los argentinos somos ladrones, que los argentinos somos corruptos, egoístas, aprovechadores, insolidarios, tramposos, etcétera, etcétera. Para un argentino no hay nada peor que otro argentino. En fin, estamos pasando por una crisis de autoestima bastante importante.

Ahora bien, el origen de las ciencias sociales y de la ciencias económicas data más o menos de dos siglos atrás. O sea, que son ciencias muy jóvenes porque dos siglos es poco en la historia de la humanidad. Tanto es así, que estamos discutiendo casi en los mismos términos que en la revolución francesa. Y es lógico, porque los procesos de desarrollo de determinada conformación en las relaciones de producción, no se concretan de un día para el otro y no se pueden leer en los diarios. En los diarios vamos a ver aconteceres que tienen que ver con modificaciones de los efectos de la estructura en la cotidianeidad. La estructura de las relaciones de producción tiene efectos, esos efectos sufren modificaciones y esas modificaciones generan aconteceres. Pero la estructtura es la misma, la estructura que sigue sosteniendo. Ahora bien, No todos piensan igual que Conte y que Adam Smith. Conte es de alguna manera, uno de los iniciadores de la filosofía positivista. Positivista en el sentido de que creía y trataba de darle un fundamento cienntífico a la convicción de que todo lo que estaba ocurriendo era lo positivo y había que tratar de sostenerlo. Pero hubo quienes no creyeron que la acumulación de riquezas era el modelo a seguir para que todas las naciones alcanzaran el bienestar.

Hay otros pensadores que no emplean el término sociología, ellos hablan de economía política, pero también se los considera sociólogos. Son los creadores del materialismo dialéctico. Un representante fundamental de esta corriente de pensamiento, de esta filosofía, es Carlos Marx. El materialismo dialéctico tiene una postura distinta y muy crítica con respecto a la visión del positivismo. Marx no está en contra de todo, ni dice que esté todo mal como se suele pensar a la oposición. Marx dice que la realidad de un momento determinado, necesariamente, tiene que fructificar en algo distinto como consecuencia del devenir de la historia humana. Les voy a dar un ejemplo que lo tomo de Hegel. Hegel se puede decir que es el iniciador de la dialéctica. Y él dice en el prólogo de «La fenomenología del espíritu», que todo ser se realiza cuando deja de ser. ¿Qué quiere decir esto? Hegel lo explica con el caso de la semilla. Una semilla se realiza cuando se convierte en planta. Si la semilla nunca llega a ser planta, no cumple con su destino de semilla, porque el ser semilla implica que llegue a ser planta. Yo siempre utilizo este ejemplo de Hegel porque me parece clarísimo. Lo que dice Hegel es que el ser siempre tiene que devenir en otro ser que de alguna manera, signifique una otra cosa. Esta otra cosa, puede ser superadora o no, pero va a ser necesariamente, distinta. Hay quienes interpretan que Hegel afirma que el devenir siempre conduce a una instancia superadora. Yo no lo interpreto así. Yo interpreto que Hegel dice que el devenir conduce a instancias diferentes, pero no necesariamente superadoras. Más allá de que mi interpretación sea acertada o no, lo que yo creo es que si bien es deseable que el devenir nos conduzca a una instancia superadora, lo cierto, lamentablemente, es que también es posible que no resulte así. Entonces, lo que va a decir Marx, es que es cierto que hay algo del orden del progreso en lo que él ya define como capitalismo, que así define Marx la época moderna, la época del industrialismo, pero que se va a saber cuál es el destino del capitalismo, y se va a saber qué es exactamente, el capitalismo, cuando fructifique en un ser distinto. O sea, cuando genere un modo de sociedad diferente del que es.

El capitalismo, dice Marx, es una instancia, es un modo de ser social, superador del feudalismo. Superador porque posibilitó un desarrollo muy importante de las fuerzas productivas. Y él dice que tiene que advenir algún tipo de sociedad diferente que sea el fruto del capitalismo. Entonces, define al ser por la negación. O sea, que el capitalismo se va a realizar cuando genere una posibilidad superadora. Al menos eso es lo deseable, aunque sabemos que también es posible que nos lleve a una ecatombe.

Marx, que estudió profundamente la economía política, llegó a la conclusión de que lo que no puede hacer el capitalismo, es perpetuarse en un continuo progreso hacia la felicidad de todos los seres humanos. Y aquí viene una de sus grandes contribuciones que después la psicología va a utilizar con el mismo criterio, que es el concepto de síntoma. Marx descubrió el síntoma, allí donde Conte vio el progreso y la necesidad del orden, allí donde Adam Smith vio la acumulación de riquezas como algo deseable para todas las naciones, etçétera, etcétera. ¿Por qué digo que Marx descubrió el síntoma? Porque al analizar las causas del progreso y la modalidad en la que se progresaba, descubrió que en esa acumulación del capital, que en esa acumulación de las riquezas, se oculta la verdadera razón del sufrimiento de la gran mayoría de los seres humanos. Marx describió ese síntoma y de alguna manera lo empezó a tomar como el modo de enmascarar el sufrimiento, como el modo de ocultar el sufrimiento. Cuando vayamos a los conceptos de salud y enfermedad en psicología, vamos a ver que tiene mucha importancia este modo de conceptualizar al síntoma, como aquello que denuncia que hay algo del orden del sufrimiento, pero al mismo tiempo encubre el sufrimiento.Y esto sólo se puede saber, dice Marx, si uno lo analiza en las raíces mismas de estas riquezas. Marx se pone a analizar qué es el capital, qué es esto de las riquezas. Y se da cuenta de que para hablar del tema de las riquezas, que para hablar de las mercansías, etcétera, tiene que ponerse a estudiar por qué se hacen ricas las naciones. Y empieza a ver como los grandes economistas de esa época, llegan a formular ciertas teorías con respecto al valor. Y ahí Marx hace una contribución muy interesante. Gran parte de lo que les voy a relatar ahora, Marx lo toma de esos otros grandes economistas. Pero desde el punto de vista filosófico, lo conceptualiza de un modo diferente.

El tema básico que le preocupa a Marx, es analizar el cómo y el porqué se va produciendo en algunas naciones, esa acumulación de mercansías, esa acumulación de riquezas, todo eso que él al final define como el capital. Entonces, toma la descripción del siclo de la economía que dice que toda sociedad es un sujeto productor que cumple con un ciclo que está constituido por cuatro lugares: Producción, distribución, intercambio y consumo. Toda sociedad produce un conjunto de bienes. Esos bienes tienen que distribuirse. Y se distribuyen según cómo esté organizada cada sociedad.

A partir de la revolución agrícola, o sea, a partir del sedentarismo, las sociedades se fueron haciendo más complejas. Empezó a haber estado, empezó a haber propietarios de los medios de producción, empezó a haber estamentos sociales que tenían que ver con la guerra, etcétera, etcétera. Y todo esto incide de alguna manera, en la configuración de un orden de distribución de lo que se produce. Esa distribución se realiza a través de un mercado donde se da el intercambio. Las condiciones del intercambio dependen de las características de cada organización social y de la posición que los distintos estamentos ocupan en esa organización. El intercambio posibilita el consumo. Y las modalidades que rigen el intercambio, de alguna manera condicionan las modalidades del consumo. O sea, que apartir de determinado conjunto de bienes producidos por una sociedad, tenemos la distribución, donde se juegan las relaciones sociales de producción, quiénes son los propietarios de los medios de producción, cuál es la ingerencia en la decisión acerca de cómo se reparten los bienes en esa sociedad. Y condicionados por la forma en la que se realice la distribución, se genera el intercambio y se posibilita el consumo.

Ahora bien, si el consumo no se toca con la producción, el ciclo no cierra. O sea, que para que una sociedad pueda subsistir, el sujeto productor y el sujeto consumidor, de alguna manera se tienen que encontrar, se tienen que tocar. El círculo cierra porque el sujeto productor necesita consumir energía. Producir es consumir. Cuando uno produce está consumiendo energía, no hay producción sin consumo. Entonces, el sujeto productor, es el que consume. Es el que está en el principio y en el final de la cadena, produciendo el cierre de ese ciclo y permitiendo que ese ciclo se reproduzca. Si el productor consumiera la misma cantidad que produce, el ciclo se mantendría siempre igual. Y los seres humanos viviríamos siempre de la misma manera, organizados del mismo modo y consumiríamos siempre lo mismo. Si el consumo fuera eguivalente a la producción, no podría haber acumulación de riqueza, no podría haber capitalismo. Para que pueda existir acumulación, tiene que haber una diferencia entre lo que se produce y lo que se consume. Sólo si el sujeto productor consume menos de lo que produce, puede haber acumulación de capital.
O sea, para que pueda haber acumulación de capital, el sujeto debe producir más de lo que consume. Y esto es lo que Marx llamó la plusvalía. Esto Marx lo describe en un artículo breve que puso como prólogo a «La contribución de la economía política», que es un librito en el que sentó las bases de todo el desarrollo teórico que después hizo en «El capital».
Pregunta: «Plusvalía es lo que la persona produce por encima de la remuneración que recibe?»
Prada: Claro. El salario, el precio del trabajo, es lo quel trabajador tiene que consumir para poder seguir produciendo. El precio del trabajo no es el total de lo que produce el trabajador. Porque si el trabajador recibiera como salario la equivalencia de lo que produce, no podría haber acumulación de capital. Si produzco 3 y recibo 3, no hay acumulación posible. Eso es lo que pasa en el caso de las avejas y de las hormigas. Las avejas y las hormigas consumen tanto como producen. Y en condiciones favorables pueden tener un crecimiento vegetativo, pero no acumulan riqueza, ni diversifican el consumo, ni mejoran su calidad de vida. Es la repetición de un siclo reproductivo estable. Esto también pasa en algunas comunidades humanas que desde hace muchos siglos viven de la misma manera. Son comunidades muy aisladas que consumen todo lo que producen. O sea que tienen una economía estancada. Entonces, el precio del trabajo es aquella parte de la producción que el sujeto productor necesita consumir para podel seguir produciendo. Y la plusvalía es el eccedente, es aquello que se produce por encima de las necesidades de consumo del sujeto productor. Marx no dice que la plusvalía sea algo indeseable. Marx no dice que la plusvalía sea algo perjudicial. Porque sin plusvalía tendríamos una economía totalmente estancada. Porque sin plusvalía tendríamos una gran estabilidad, pero sería una economía estable que se agotaría en esa experiencia y el ser humano no tendría historia. Por lo tanto, no es objetable el hecho de que exista la plusvalía. La discusión se plantea con respecto a cuál debe ser el sujeto que decide qué hacer con la plusvalía. Se cuestiona la legitimidad de que el propietario de los medios de producción decida unilateralmente, acerca de esa plusvalía que es fruto del trabajo de un sujeto productor que es el conjunto de la sociedad. Por el hecho de ser los propietarios de los medios de producción, unos pocos individuos deben decidir acerca de la plusvalía de toda una sociedad? ¿La decisión acerca de la plusvalía debe ser compartida por todos los que colaboran para generarla? Ahí está la discusión política que propone Marx. Y ahí se generan una serie de cuestiones en las que no nos vamos a meter porque no es nuestro propósito estudiar sociología. Nuestro propósito es estudiar psicología, por eso a mí me interesa señalarles cómo Marx vio un síntoma oculto de tras del precio de las mercansías.

Marx dice que en el precio de cualquier producto que está en venta en el mercado, no vemos el sufrimiento de todos los seres humanos que trabajaron para que ese producto llegue a nosotros. Por lo general no lo vemos, pero siempre está oculto en el precio de las mercansías el sufrimiento de muchos seres humanos. También puede haber alegrías, amor, ilusiones, etcétera. Pero suele ser muy alto el monto de sufrimiento humano que se oculta en el precio de las mercansías. Y sin embargo, no se ve, está oculto, es un síntoma. En el precio de las mercansías quedan ocultas todas las relaciones humanas, todas las relaciones sociales. Relaciones sociales que producen un aumento del confort, un aumento de la espectativa de vida, todas cosas beneficiosas, todas cosas deseables. Lo objetable, lo problemático, es que dentro de las relaciones sociales de producción que se fundan en la propiedad privada de los medios de producción, esos beneficios no se extienden a todos los seres humanos. Y eso genera un alto monto de sufrimiento en los excluidos, que cada vez son más. Esto de que el número de excluidos crezca día a día, desmiente la teoría de los Macri y de los López Murfi, que supone que en algún momento las riquezas acumuladas se van a derramar y van a crear un bienestar generalizado. Desmiente la idea del progreso indefinido que alguna vez beneficiaría a toda la humanidad. La promesa del capitalismo de que alguna vez se va a producir un derrame de los beneficios acumulados de todas sus ganancias, se ve desmentida por el hecho de que el problema de la exclusión está creciendo en la mayor parte del mundo. Seguimos un poco más con Marx porque vamos a encontrar algunos conceptos que nos interesan.

Marx dice que el valor de todas las cosas tiene que tener algo en común. Dice que serían impensables la distribución, el intercambio y la acumulación, si todas las mercansías no tuvieran algo en común. Todas las mercansías tienen que tener algo en común para que se puedan intercambiar. Las mercansías tienen un valor de uso y un valor de cambio. Pero ¿qué es lo que hace que podamos ponerle un precio a cada cosa? ¿Cómo se explica que de pronto encontramos que hay un par de zapatos y un reloj que tienen el mismo precio? ¿Cómo se establece esa equivalencia entre dos productos tan diferentes? Marx se preocupó por encontrar eso que es la sustancia del valor. Y dijo que es el tiempo de trabajo general y abstracto socialmente necesario para producir cada mercansía. Es general y abstracto porque no se refiere a ningún caso específico, no se refiere a ningún trabajo en particular, sino al conjunto de todos los trabajos que el sujeto productor necesita hacer para crear esa mercansía. Para que un par de zapatos esté disponible en el mercado, no basta con el trabajo del zapatero. El zapatero utiliza herramientas, máquinas, cuero, pegamentos, etcétera, etcétera. Para que el zapatero disponga de esos elementos, se necesita de la ganadería, de la agricultura, de las curtiembres, de la minería, de la siderurgia, de las destilerías,. Se necesitan agua, electrisidad, rutas, medios de transporte, etcétera, etcétera, etcétera. La lista es inagotable, porque el zapatero necesita vivienda, alimento, indumentaria, servicios de salud. Y es socialmente necesario, porque a la sociedad, que es el sujeto productor, le es necesario emplear ese tiempo de trabajo general y abstracto para crear esa mercansía, que tiene que tener un valor de uso. Porque si no le sirve para nada a nadie, no va a tener valor de cambio y no tiene sentido producirla.

Este concepto de valor de uso está siendo revisado por los sociólogos y por los antropólogos, que empiezan a incorporar algunas ideas que en el psicoanálisis ya se desarrollaron hace mucho tiempo. Es bastante habitual esto de que los logros de una ciencia no tengan efectos inmediatos en otras ciencias. Suele haber un proceso de discusión, de largos desarrollos teóricos antes de que se aproveche la posibilidad de compartirlos.

Este concepto de valor de uso se suele ligar erróneamente a las necesidades biológicas. Por ejemplo, cuando se habla de necesidades básicas insatisfechas, como si fuera tan simple saber cuáles son las necesidades básicas de un ser humano. Pero no es tan simple. Porque las necesidades básicas deben ser aquellas cosas que el ser humano necesita para poder vivir. Y muchas veces nos sorprendemos de que se suicide alguien a quien aparentemente, no le falta nada. Pero resulta que si se suicidó debe ser porque tenía insatisfecha alguna necesidad básica. Se cree que las necesidades básicas son el alimento, el abrigo, etcétera, pero esas son las necesidades biológicas. Para los animales con tener satisfechas esas necesidades es suficiente. Pero para el ser humano no. Las mecesidades básicas del ser humano son otras. Ese concepto de necesidades básicas que se suele manejar, implica seguir creyendo que el ser humano tiene como base, como causa de sus acciones, las necesidades biológicas.

No se puede negar que el ser humano necesita el alimento, el abrigo, etcétera, etcétera, porque es evidente que tiene esas necesidades, pero no le basta con cubrir esas necesidades para sentirse satisfecho. Porque esas necesidades biológicas, esas necesidades orgánicas del cuerpo real, en el ser humano nunca existen como puro real. Nunca dejan de estar atravesadas por lo imaginario y por lo simbólico. ¿Se acuerdan del tema de los tres círculos? Los sociólogos y los antropólogos de los últimos tiempos, están poniendo mucho énfa'sis en las teorías acerca del gusto. Y sobre el gusto hay mucho escrito, es mentira eso de que sobre gustos mo hay nada escrito, Y las teorías del gusto dicen que los gustos son los que determinan el formato de los mercados. Pero, ¿qué son los gustos? ¿Qué podemos aportarle nosotros, los psicólogos, a esos antropólogos que están preocupados por comprender esta cuestión de los gustos?

García Canclini es un antropólogo que habla del ciudadano consumidor, como categoría fundamental para entender las culturas. Pierre Bordieu habla de la imfortancia de la teoría de los gustos para determinar los mercados, para diferenciar los distintos campos en la práctica cotidiana de las sociedades, etcétera. Y ¿qué es el gusto? ¿Por qué a alguien le gusta algo?

El gusto se construye de la misma manera que se construye el otro imaginario. Ese otro que nos molesta, ese otro que nos da bronca porque tiene valores diferentes, porque tiene un espejo que no coincide con el nuestro. Ese otro que de alguna manera, amenaza nuestro espejo, ese otro imaginario que se construye desde lo simbólico, desde lo inconciente. De la misma manera se construye todo lo que contribuye a conformar nuestro espejo, todo lo que contribuye a consolidar nuestro mundo imaginario. Ese esfejo, ese mundo imaginario, ese ecosistema que necesitamos, como los demás animales, para poder desarrollar nuestro siclo vital. Es decir que nosotros necesitamos construirnos ese mundo imaginario. Y todo lo que conforma nuestro mundo imaginario, es lo que nos gusta. Y todo aquello que de alguna manera nos muestra que nuestro mundo imaginario no es tan suficiente, no es tan sólido, etcétera, etcétera, eso nos disgusta. A nosotros nos produce un gran disgusto encontrarnos con que alguien nos insulta, por ejemplo. Ese alguien que nos insulta, que nos trata de una manera inconveniente, nos hace sentir que no estamos en el mundo imaginario en el que nos gustaría estar. Porque a nosotros, a todos nosotros, nos gustaría estar en un mundo en el que todos nos amen. Y cuando alguien nos insulta, nos recuerda que todos no nos aman. Y eso nos disgusta. Pero si alguien nos dice que algo que hicimos está muy bien, si alguie elogia nuestro trabajo, nuestra conducta, nuestra apariencia, cualquier comemtario que venga a reforzar nuestro cundo imaginario, eso nos gusta. De la misma manera se construye el gusto por las papas fritas, por el chocolate, por el asado. De la misma manera se construye el gusto por las chicas lindas y hasta por los chicos feos. Todos esos gustos se construyen desde ese otro simbólico del que hablábamos, desde ese baño de significantes que nos va constituyendo a partir del nacimiento. A partir de ese encuentro fundante con el amor del otro, que en principio suele ser la madre, se empieza a conformar nuestro mundo imaginario. Desde la primera vez que alguien nos hace un mimo, desde la primera vez que alguien nos dice «¡qué lindo bebé!» ya empezamos a constituir nuestro esfejo, nuestro mundo imaginario. Ya empezamos a sentir lo que nos gusta y lo que nos disgusta. Pero este imaginario no se constituye de un modo mecánico, digamos, para cualquier estímulo hay infinidad de interpretaciones posibles.

Este imaginario se va constituyendo de acuerdo con la historia personal. Pero hay que recordar que el ser humano no decodifica lo que le comunican los demás, sino que lo interpreta. Entonces, cada uno va teniendo gustos particulares. Los seres humanos tenemos una contradicción básica, necesitamos identificarnos con el otro, necesitamos reconocernos en el semejante. Y al mismo tiempo necesitamos ser originales porque si fuésemos idénticos al otro no tendríamos significación propia, no seríamos nadie. Esta contradicción se refleja en los gustos y se puede ver muy claro en algunas cuestiones que tienen gue ver con la moda. Quien más, quien menos, a todo el mundo le gusta estar a la moda. Pero a nadie le gusta, esfecialmente si es mujer, encontrarse con otra que esté vestida igual que ella. No sólo no le gusta, le disgusta muchísimo. Realmente, se pueden llegar a sentir bastante incómodas dos mujeres en esa situación. O sea, que le damos mucha importancia a la originalidad pero nos interesa, nos gusta estara la moda. Y hasta cuando queremos revelarnos contra la moda, es porque la estamos teniendo en cuenta. Esso tiene que ver con la conformación de la otredad real que estuvimos viendo. Y vamos a volver sobre esto en la próxima clase.

PROFESOR CARLOS ALBERTO PRADA

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